Devorando elefantes

lunes, 18 de abril de 2016

Calidoscopio



A mis alumnos de 2 ESO.

Las causas 

(...) La escrupulosa línea del
calígrafo. 
El rostro suicida en el espejo. 
El naipe del tahúr. El oro ávido. 
Las formas de la nube en el 
desierto. 
Cada arabesco del caleidoscopio. 
Cada remordimiento y cada
lágrima. 
Se precisaron todas esas cosas 
para que nuestras manos se
encontraran.  

JL BORGES 

De vuelta al lunes,  con la pereza de una nueva semana frente al espejo,  buscaste un motivo para abandonar la estupidez.  Era sencillo; un café,  un "buenos días" amable y un pensamiento azul.  Por suerte tropezaste pronto con un verso; lo recogiste ávida entre los pupitres desgastados,  "prometo acostumbrarme a todas tus manías" - debidamente, una de las promesas más heroicas que he oído jamás -.
Mis alumnos recordaban los versos de Raúl Vacas - algo más que le debo a Carmen - y querían recitarlos en el Día del Libro.

Recordar una promesa nos convierte todavía en hombres mejores.

2 comentarios:

  1. Parece increíble que nuestros alumnos, esos mismos que estallan en gritos cuando suena el timbre del recreo, sean capaces de apreciar la belleza que esconden estos versos de Raúl Vacas que, con tu permiso, quiero compartir:

    "Prometo acostumbrarme a todas tus manías, por extrañas que sean.
    A tu forma de hablarme cuando vuelves de un sueño,
    y al olor de tus manos cuando picas cebolla.
    Prometo acostumbrarme a tu rutina.
    A besarte en los cuartos y las medias.
    A llamarte los martes y domingos.
    A abrazarte sin ganas y a enfadarme por todo.
    A reír cuando sueñas. A soñar cuando ríes.
    Prometo acostumbrarme a tus manías.
    Y a tu barra de labios.
    Y al panal de tus ojos.
    Ya tu sombra planchada.
    Y prometo ser dulce cuando llegue el momento.
    Perfumar tu cabello con jarabe de ausencias.
    Desliar el deseo que se enreda en tu falda
    y contar hasta nueve"

    Y yo prometo recordar cada promesa.
    Gracias, Almu.

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  2. Adoro este poema. Es un buen himno para el exilio. Sé que a los chicos también los ha rescatado.
    Gracias a ti.

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