Devorando elefantes

sábado, 30 de julio de 2016

Maldita dulzura

                                                                                           



A mi Fede, 
un ser realmente excepcional.



Maldita dulzura
VETUSTA MORLA



"No hallarás la paz evitando la vida", Virginia Woolf.


Cómo puede ser que te me colases así en las entrañas...

Te conocí una noche de verano. Una noche cargada de cansancio y de gente. Lejos de casa, en aquel hueco que decidí construir a base de esfuerzo, soledad, necesidad. No parecías reparar en mí. Apenas a diez metros,  te observaba lejos, perdido, absorto. Me enamoré de tu lino blanco y tus ademanes; de tu posavasos cuidado y el resto de tu gin-tonic -nunca vas para quedarte-. Lo supe; eras un ser alado.

Apenas cruzamos una palabra, pero yo, como siempre acabo consiguiendo objetivos,  fuimos a cenar. Viniste a recogerme con una educación exquisita, una melodía suave, un áurea frágil. Fuimos al acantilado. De repente, todo había cambiado  y no dejabas de abrazarme. Te redescubrí. Tú también te habías construido un hueco a base de esfuerzo, soledad, necesidad. Y me enamoré. La primera vez que desperté a tu lado, habías posado tu mirada sobre mí. A veces el día irrumpe para dar luz a nuestros asuntos, y ahí supimos que ambos éramos ya "asunto nuestro". Después fue llegando todo lo demás: las pérdidas, las dudas, los conciertos, las oposiciones, la incertidumbre, los cuidados, la complicidad, el Cabo, etc.

He conocido tu música, tu tiempo, tu familia; tus aristas y tus miedos. He conocido tu hastío y tu paciencia, tu corazón y la ternura. Siempre he querido salvarte, qué estúpida. Yo no soy nadie para salvar a nadie.


Además, tú, tú eres de las estrellas.




2 comentarios:

  1. Qué palabras Almu, eres capaz de dejar mudo al más hablador.Es cierto que no se puede salvar a nadie, pero siempre ayuda tener un alma como la tuya cerca.

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  2. La vida es mucho mejor porque estamos juntas en ella. Gracias, amiga mía.

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